Agresión del agua de lluvia y humedad ambiental en edificios

septiembre 29, 2017 10:55 am

Como comentamos anteriormente en el post Diagnosis de daños y causas en edificios, el principal enemigo de los edificios históricos es el agua, ya bien sea lluvia o humedad ambiental.

agresión del agua de lluvia y la humedad ambiental

Las vías de penetración más fáciles y comunes son el rejuntado de sillares de piedra y el llagueado de las fábricas de ladrillo cerámico en mal estado o defectuosos, revestimientos fisurados o desprendidos, etc., así como la erosión del viento, son patologías que favorecen sobremanera la entrada de agua en la estructura del material.

Un agente muy agresivo para la estructura de los materiales, expuestos a la intemperie, son las heladas en las épocas donde los cambios térmicos son muy bruscos y bajos, los cual provoca en el interior un aumento de volumen – del orden del 9% – que origina tensiones que dan como resultado explosione y desprendimientos con pérdida de materia en la mayoría de los casos.

La entrada de agua en el interior, tanto en la piedra como en el ladrillo cerámico, provoca la destrucción de los cerramientos exteriores de edificios o desfiguran la talla de las esculturas y monumentos por el fenómeno expuesto en el párrafo anterior, y además un fenómeno químico, como consecuencia de la reacción del agua interior, el anhídrido carbónico y las sales que contiene el material, dan como resultado compuestos de mayor volumen que el espacio donde se producen, originando la destrucción de la estructura interior reflejada en el exterior con escamaciones, lajas, desprendimientos, etc. , que con el paso del tiempo producen pérdida de material apreciables a simple vista.

Si peligrosa es la entrada de agua en las fachadas de los edificios, en las cubiertas podríamos decir que es más agresiva y destructiva, siendo los caminos más comunes de penetración en este tipo de elemento constructivo, los desagües, canalones y bajantes en razón de que en esa época las cubriciones eran de chapa de cinc engatilladas o teja curva árabe, aunque el paso del tiempo produce deteriores en estos materiales como pueden ser oxidaciones, perforaciones, fisuraciones, roturas, etc., los cuales aportan humedad a la cubierta y la consiguiente humedad en el interior de la edificación.

El aporte de humedad, por lo comentado anteriormente, y en algunos casos, puede ser importante y vital para la vida de los materiales que componen el elemento constructivo con una destrucción rápida.

Existe otra agresión del agua en este tipo de edificios, no visible desde el exterior y que son las humedades interiores por capiralidad – nivel freático – como consecuencia de que las cimentaciones de éstos se efectuaban por medio de muros de carga hicados en el terreno y en contacto continuo con la humedad del terreno y corrientes del subsuelo, lo cual aporta la humedad necesaria al elemento constructivo para acelerar la disgregación del material que lo compone.

En particular, el muro de cerramiento su absorción al agua de lluvia o humedad ambiental, está en función del material componente, espesor, juntas y mortero de asiento empleado, al ser éste un elemento no homogéneo.

El fenómeno de la condensación, originada en la cara interior del muro de cerramiento en estos edificios, aunque los espesores de muros es amplia y dan la impresión de poseer una capacidad aislante elevada, no es así, por ser un elemento constructivo de una sola hoja con puentes térmicos creados por las propias piezas que conforman el mismo, y por otra parte la falta de ventilación de los espacios interiores al condensarse la humedad superior al 70% en las superficies frías de la fachada.

Este tipo de humedad interior origina sales higroscópicas que atraen la humedad ambiental, generándose un elevado número de ciclos de humedecimiento/secado con la consiguiente cristalización, disgregación y destrucción del material donde se produce el fenómeno.

Específicamente, la agresión del agua en el caso de las piedras es muy compleja por su propia composición y estructura, por lo que hay que conocer en profundidad el comportamiento hídrico de las mismas en cantera, para poder comparar las del edificio o monumento y de esta forma analizar los daños producidos.

En el caso de los ladrillos cerámicos macizos, la entrada de agua puede ocasionar la pérdida del material de asiento destruyéndolo, al reaccionar el dióxido de carbono (CO2) y la cal del aglomerante, disolviendo el carbonato cálcico (CO3Ca) resultante y provocando la desaparición del material de unión.

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